Dejenme que les hable entre susurros, que deslice mis palabras por sus frágiles oídos, que les haga estremecer con el seseo de mis labios, que con una simple palabra sea capaz de arrebatarles el sentimiento más profundo que pueden llegar ha albergar...
Escuchen, ¿no es bello el sonido que produce nuestro sentir?, es algo tan maravilloso a la vez que efímero, que no nos percatamos de ello.
Somos tan fuertes a la vez que frágiles, quizás no todos nos demos cuenta de ello, pero hay algo que quisiera comentarles...
Me parece asombroso a la vez que me produce un terror inimaginable la complejidad de las personas, somos capaces de sentir pero más asombroso es aún la manipulación que podemos ejercer sobre otras personas para, en cierta forma, ayudarles a que sientan lo mismo que hemos sentido nosotros en algún momento. No nos damos cuenta de la influencia que tenemos en nuestro entorno y con ello el de las personas que están en él.
Quizás haya una minoría que utilice dicho efecto para beneficio propio, en verdad si lo pensamos fríamente todos nos aprovechamos de ello para nuestro bienestar y algo fascinante es que también podemos utilizarlo para conseguir el bienestar ajeno, a cuya persona estamos dispuestos a entregar nuestro sentir en el más amplio sentido de la palabra.
Nos asusta la incertidumbre, el no poder prevenir acontecimientos, queremos calcularlo todo que incluso nos consideramos personas calculadoras por querer razonar lo irrazonable, tenemos el ansia y el deseo de poder controlar hasta el gesto más involuntario como es el latir de nuestro corazón.
Cuando estamos frente a una persona que nos intimida por decirlo en cierta forma, el corazón se nos pone a cien, sentimos como aumentan las pulsaciones, la sangre fluye más rápidamente por nuestras arterias, sin embargo hemos aprendido a engañarnos de tal forma que nos creemos capaces de controlar incluso nuestro sentir.
Lectores, que nos quede claro, no es algo que podamos manipular, controlar e incluso hay veces que se nos hace imposible enseñarle ya que como bien dice el ser humano es el animal que cae dos veces en la misma piedra, ¿por algo será?
Con esto quisiera hacerles ver que no podemos tener todo bajo control, siempre hay cosas que escapan a nuestro entendimiento y no por ello dejamos de ser perfectos, hay que aprender a admirar las imperfecciones, es en ellas donde se encuentra la verdadera perfección de las personas.
Un saludo.
